BARTOLO.- Se puede y se debe hacer... El
pulso... (Tomando el pulso a DOÑA PAULA.) Aristóteles, en sus
protocolos, habló de este caso con mucho acierto.
JERÓNIMO.- ¿Y qué dijo?
BARTOLO.- Cosas
divinas... La otra... (La toma el pulso en la otra mano, y la observa la lengua.) A ver la lengüecita... ¡Ay,
qué monería!... Digo... ¿Entiende
usted el latín?
DON JERÓNIMO.- No señor, ni una palabra.
BARTOLO.- No importa. Dijo: Bonus bona bonum, uncias
duas, mascula sunt maribus, honora medicum, acinax acinacis, est modus in
rebus. Amarylida sylvas. Que quiere decir que esta falta de
coagulación en la lengua la causan ciertos humores que nosotros llamamos
humores... acres, proclives, espontáneos, y corrumpentes. Porque, como los
vapores que se elevan de la región... ¿Están ustedes?
ANDREA.- Sí señor, aquí estamos todos.
BARTOLO.- De la región lumbar, pasando
desde el lado izquierdo donde está el hígado, al derecho en que está el
corazón, ocupan todo el duodeno y parte del cráneo; de aquí es, según la
doctrina de Ausias March y de Calepino (aunque yo llevo la contraria) que la
malignidad de dichos vapores... ¿Me explico?
DON JERÓNIMO.- Sí señor, perfectamente.
BARTOLO.- Pues, como digo; supeditando
dichos vapores las carúnculas y el epidermis, necesariamente impiden que el
tímpano comunique al metacarpo los sucos gástricos. Doceo, doces, docere, docui, doctum, ars longa,
vita brevis: templum, templi: Augusta Vindelicorum, et reliqua...
¿Qué tal? ¿He dicho algo?
DON JERÓNIMO.- Cuanto hay que decir.
GINÉS.- Es mucho hombre éste.
LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN, El médico a palos (Acto II, Escena V)
Tomado de LATINUM AD LATRINAM
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