¡ Qué artista perece conmigo!
Suetonio, Nerón 49, 1)

Huega decir que ese emperador cantor divirtió enormemente a los riegos ( era muy popular en las provincias), pero se granjeó la antipatía de los romanos.
Cuando Nerón fue por fin depuesto y optó por el suicidio, lamentó con estas palabras lo que, a su juicio, era una gran pérdida para el mundo del arte.
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