¡Te abrazo, África!

Con mal pie empezó Julio César su campaña de África, puesto que tropezó y cayó nada más bajar del barco. El augurio era evidente: lo que empezaba con un tropiezo sólo podía acabar mal. No obstante, César, hábil demagogo si los hubo, pronunció esta frasecon la que consiguió disimular su caídaante os ojos de sus hombres, fingiendo haberse echado voluntariamente al suelo para besar la tierra africana, y evitó así que cundiera la desmoralización.
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