domingo, 23 de junio de 2024

sábado, 4 de mayo de 2024

Galdós y la cultura clásica (2)




EL CONDE.— ¡Ah, lacayo! (Con súbita cólera, requiriendo el garrote.) ¿Vienes a que te dé dos palos? 

SENÉN.— (Retirándose.) ¡Señor...! 

NELL.— Abuelito, ¿qué haces? 

DOLLY.— ¡Si es de casa, si es nuestro amigo! 

EL CONDE.— (Reportándose.) Perdonadme, niñas queridas... he confundido sin duda... Y tú, Séneca, Cenón, o como quiera que te llames, confundido sin duda... Y tú, Séneca, Cenón, o como quiera que te llames, perdóname también... te he tomado por otro. Pensé que eras tú el infame que se permitió decirme... Ven acá, dame la mano. Tengo el genio poco sufrido...

SENÉN.— (Dándole la mano.) Siempre fue lo mismo Vuecencia.

(...)

EL CONDE.— Séneca, digo Senén, tú pitarás. Y ahora, ¿estás aquí con licencia?

 SENÉN.— He venido de Durante para tener el honor de saludar al señor Conde de Albrit y a la señora Condesa de Laín, que también debe de llegar hoy.

(...)


EL CONDE.— No... muchas gracias... Y me alegro de que te ausentes... No, no es por nada ofensivo para ti, Séneca... o Senén. ¿Te lo digo? 

SENÉN.— Nada que usía me diga puede ofenderme.

(...)


D. PÍO.— (Decidido a tomar la lección.) Orden, juicio. A ver: decidme algo de Temístocles.

DOLLY.— Sí: el que le cortó la cabeza a una mala mujer, que llamaban la Medusa.

D. PÍO.— (Llevándose las manos al cráneo.) ¡Por Dios, por todos los santos de la corte celestial, no me confundáis la Historia con la Mitología! 

NELL.— Tan mentira es una como otra.

DOLLY.— Y nos importan lo mismo.

D. PÍO.— ¡Ay, ay, cómo estáis hoy!... ¡Silencio, formalidad! Pronto, referidme los principales hechos de la vida de Temístocles.

DOLLY.— No nos gusta meternos en vidas ajenas.

D. PÍO.— Temístocles, grande hombre de la Grecia, natural de Tebas, vencedor de los lacedemonios. (Corrigiéndose.) ¡Ah!, no... le confundo con Epaminondas...¡Cómo tengo la cabeza!...

NELL.— ¡Ay, que no lo sabe, que no lo sabe!...

DOLLY.— ¡Vaya con el preceptor de pega!

 D. PÍO.— (Afligido.) Es que me volvéis loco con vuestros juegos, con vuestras tonterías. (Con gravedad.) Así no podemos seguir.

(...)

EL CONDE.— No sé a dónde voy... ¿Es de noche ya? 

D. PÍO.— Sí, señor. Júpiter está encendiendo los faroles.

EL CONDE.— ¿Quién es Júpiter? 

D. PÍO.— El farolero, señor. Se llama Jove, Pepe Jove, y yo por broma le llamo Júpiter, aunque más le cuadraría Baco, porque es el primer borracho de Jerusa.